12 de febrero 2020 - 00:00

Piden hasta $18.000 mensuales por un alquiler en la Villa 31

El precio corresponde a departamentos de dos habitaciones con cocina y baño propio. Cuanto más cerca de los accesos, más caros es. Cuestan lo mismo que una vivienda en barrios como Flores o Liniers.

El Barrio 31 es uno de los principales focos en la ciudad de Buenos Aires.

El Barrio 31 es uno de los principales focos en la ciudad de Buenos Aires.

Alquilar una vivienda en la Villa 31 puede implicar hoy el desembolso de mucho dinero.

Si bien los precios son muy dispares, de acuerdo con un relevamiento hecho por este diario entre vecinos del barrio, por un departamento de dos habitaciones, con cocina y baño, piden entre $15.000 y $18.000 mensuales, lo mismo que una vivienda de tres ambientes en otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires como Flores o Liniers, por ejemplo.

Los precios caen gradualmente de acuerdo con el tipo de vivienda. “Una pieza de 4x4 con baño propio cuesta en promedio $5.000 por mes, mientras que por una de 4x8, también con baño, se piden $9.000”, explicó Maribel, vecina del asentamiento, quien maneja varios alquileres. “También hay piezas más precarias donde los iniquilinos viven hacinados, que cuestan entre $3.000 y $4.000 por mes, pero tienen baño compartido”, aclaró.

De todas maneras no existe hoy en la Villa 31 un índice específico de precios, contrato de alquiler ni constancia de pagos.

Incluso, las actualizaciones de los montos varían de acuerdo con el criterio que fija cada locador. La mayoría de los alquileres suele actualizarse de forma anual, según los vecinos, aunque las reglas varían. En menor proporción, están quienes aumentan cada 6 meses. Una de las características que pesa a la hora de definir un precio es la cercanía con el ingreso al asentamiento. Cuánto más cerca de los accesos está, más caro es. Recientemente, tres líneas de colectivo (33, 45 y 132) comenzaron a circular por el barrio. Sin embargo, la mejora en la movilidad todavía no impactó en los precios de los alquileres. En los últimos años el asentamiento creció en altura, no en extensión y es justamente en esos nuevos pisos, donde se van acomodando cada vez más familias.

De acuerdo con un informe elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, la mayoría de los alquileres se concretan a través de acuerdos de palabra. Casi nadie exije recibo de sueldo ni garante fiador. “A veces se pide un dinero adelantado por los daños y perjuicios que pueden ocasionar...”, sostuvo Oscar, un habitante del barrio. “Pero nada más que eso”, agregó.

En general, son pocos o nulos los requisitos para poder concretar un alquiler allí. En algunos casos lo que sucede es que ponen reglas como no aceptar niños ni mascotas. Está en el imaginario que tener hijos o ser una familia numerosa es un paso más para tomar la propiedad.

Mientras tanto, en la Villa 31 viven más de 40.000 personas que se las rebuscan para hacerle frente a los alquileres cada vez más caros.

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